Playa de Teluk Bahang, Penang, Indonesia

Pedaleando Malasia

CICLOTURISMO EN MALASIA

Vendedor de pollos, Karak, Malasia
Con el matamoscas preparado

Llegué a la ciudad de Malaca con las manos en los bolsillos. El principal aeropuerto del país es Sepang, a medio camino entre la primera y Kuala Lumpur. A pesar de en un principio tener pensado ir a la capital, cambié de opinión a última hora. La gran capital y sus Torres Petronas no me atraían especialmente.

Plantación de té, Cameron Highlands, Malasia
Plantación de té

Excepto una incursión en una visita a Estambul, nunca antes había estado en Asia. La elección de Malaca fue una buena decisión como toma de contacto con este –para mi- nuevo continente. Ciudad cosmopolita con presencia de las tres culturas mayoritarias que habitan el país: malaya, china e india. Allí pasé mis primeros diez días empapándome de nuevos olores, sabores y experiencias. En este tiempo, compré y preparé la bicicleta que iba a ser mi medio de transporte durante los próximos nueve meses.

Mi plan inicial de subir siguiendo la costa del Mar de China se vino abajo. Octubre es época de monzones en ese lado de la península malaya. Afortunadamente, en el lado del Mar de Andamán, las lluvias estaban remitiendo.

Mezquita en Malasia
Parada técnica

Diseñé un recorrido para llegar a Tailandia que pasase por Cameron Highlands y Penang, donde se encontraban los principales atractivos en mi camino hacia el norte.

Pedaleando Malasia

El trayecto entre Malaca y Penang lo realicé en siete etapas: Malaca-Kuala Pilah-Karak-Raub-Tanah Rata-Ipoh-Taiping-Penang.

A diario recorría entre 80 y 120 kilómetros de distancia. En mi caso, diseño las etapas dependiendo de factores como: distancia entre puntos, atractivos del lugar, tamaño de la población a visitar, orografía del terreno… Casi siempre cumplo lo planificado. Bien es cierto que si ese día hace mucho calor, o viento, o el recorrido es más duro de lo que esperaba, hay una posibilidad de no llegar al destino marcado. De todas maneras, me gustaría subrayar que la principal de las razones de no hacerlo, suele ser que por el camino un lugar me haya gustado y decidido quedarme en él. A veces incluso por más de un día. Otras veces, el lugar señalado no cumple con las expectativas depositadas en él, o simplemente, me apetece seguir pedaleando un poquito más. En estos casos, sigo adelante.

Detalle templo Kek Lok Si, Penang, Malasia
Arquitectura china en pagoda

También puede ocurrir que una vez pedaleando, haya decidido cambiar el itinerario por el motivo que fuere. Todas estas decisiones de última hora han resultado siempre positivas. Además de ser consecuente con ellas, me siento feliz llevándolas a cabo. A fin de cuentas, es todo un privilegio poder decidir cuándo, dónde y cómo ir a un lugar.

Fue aquí donde unos cicloturistas me dieron un importante dato que desconocía. Existía una plataforma llamada Warmshowers que ayudaba a poner ciclistas de todo el mundo en contacto.

Templo hindú, Ipoh, Malasia
Templo hindú

Malasia es un país fácil para pedalear, pero no un paraíso. Recién llegado de Europa, circular por la izquierda puede ser un poco confuso, pero no la prueba más difícil. Es aún más desconcertante ver que, a pesar de existir normas de tráfico, rara vez se aplican.

La distancia de seguridad a respetar en los adelantamientos es inexistente. Esto fue a lo que más me costó acostumbrarme. Sentir ya no solo la proximidad de los vehículos, sino también su aliento al pasar a mi lado. Sin duda, prueba para nervios de acero. Por otra parte, Malasia es un lugar con tráfico muy denso en algunas carreteras. A esto hay que sumarle la deficiente señalización tanto en las propias carreteras, como en calles. Felizmente, por lo general las carreteras del país tienen un asfaltado impecable.

Comercio musulman, Malasia
Maniquíes con velo al-amira

Debido a su proximidad al ecuador, pedalear entre 11 a.m. y 3 p.m. es casi un suicidio. Algunos días salía antes de amanecer para, a ser posible, no llegar más tarde de la 1 p.m. Trataba casi siempre evitar pedalear a la tarde para estar más descansado al día siguiente. Cuando pedaleo, me gusta salir temprano por la mañana y llegar temprano a destino. Esto es para gustos. Hay gente a quien no le importa llegar a la noche y agarrar de nuevo la bicicleta a la mañana. También hay a quien no importa le pedalear con sol fuerte siempre que no tengan que madrugar. Cada cual, sabe lo que más le gusta y conviene.

Visita a plantación té, Cameron Highlands, Malasia
Pasión por la fotografía

Una vez en la isla de Penang cambié de nuevo mis planes y decidí viajar a Langkawi. De esta manera evitaba el intenso tráfico que me esperaba en mi camino a la frontera con Tailandia.

Malasia era el aperitivo de lo que quedaba por llegar. Cinco países y 8000 kilómetros recorridos a lo largo de nueve meses: Malasia, Tailandia, Laos, Vietnam y Camboya. Una gran suerte tener tiempo, salud y dinero para poder llevar a cabo esta aventura.

Alquiler de bicicletas, Malasia
Bicicletas para todas!

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