Sentados frente a Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Templo Dorado de Amritsar

TEMPLO DORADO DE AMRITSAR, GOLDEN TEMPLE

Hombres leyendo, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Una somera contextualización

Peregrino gran turbante, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, IndiaEl Templo Dorado se encuentra en la ciudad de Amritsar, en el noroeste de India. Situado en la región de PanyabPunjab-, la cual, fue dividida al fin de la segunda guerra mundial entre dos estados: India y Pakistán. Sus capitales son Amritsar en el lado indio y Lahore en el paquistaní.

Es el Templo Dorado de Amritsar el principal lugar de culto de la religión sij. Mucha gente supo de la existencia de este grupo de fieles tras el asesinato de Indira Ghandi, aunque su historia se remonta al siglo XVI. Para entender qué significa este lugar, es preceptivo conocer un poco de historia.

La religión sij fue fundada por Gurú Nanak (1469-1539) y se expandió en los siglos XVI y XVII. Tuvo que abrirse paso entre el hinduismo clasista –sistema de castas- y el beligerante islam. Ante tan poderosos vecinos, los sij se han hecho valer, teniendo a lo largo de su historia varios conflictos que les ha otorgado fama de entregados luchadores. Algo queda de todo ello.

Atardecer, Templo Dorado Amritsar Golden Temple, Punjab, IndiaEn 1701 mogoles –islamistas- y rajás –hinduistas-, se unieron para luchar contra los sijes, saliendo vencedores estos últimos. Casi cien años más tarde, en 1799 y hasta 1849, se declaró el imperio sij, estableciendo su capital en Lahore. Un estado que sucumbió definitivamente ante los ingleses y que supuso su cénit de poder.

Anciano, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Fue en 1845 cuando la británica Compañía de las Indias Orientales desató la primera de dos guerras anglo-sij. La primera los debilitó y la segunda los remató, incorporándose el Panyab como una provincia más de India. Cien años más tarde, en 1947, los estados de India y Pakistán decidieron repartirse el territorio. Así se dio origen a una de las mayores migraciones de la historia: millones de indios musulmanes huyeron a Pakistán y millones de pakistaníes hindúes tomaron la dirección contraria. Rematando de esta manera la desastrosa política colonialista en el Panyab.

Gurudwara Thara Sahib, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Desde entonces, ha habido protestas, alzamientos, atentados,… a favor de unificar la región. Indira Ghandi decidió sofocar uno de ellos sin miramientos. Ordenó bombardear y asaltar el Templo Dorado de Amritsar que era donde se refugiaban los líderes de una de las revueltas. Ultrajar su lugar más sagrado y ocasionar cientos de muertes civiles, no fue una buena idea. Moriría asesinada poco más tarde por sus propios guardaespaldas sij –tampoco fue buena idea la elección de los guardaespaldas- ni más ni menos que de treinta y un tiros.

El saneado Punjab/Panyab

La provincia del Panyab indio es la más próspera de todo el país. Preguntando a sus habitantes, todos se sienten indios –a la fuerza ahorcan-, y aseguran que las antiguas rencillas están enterradas. Los sij son una comunidad activa y emprendedora e imagino que han entendido la inutilidad del enfrentamiento contra sus poderosos vecinos. Aún así, tienen muy presente su pasado y no olvidan que hace no mucho fueron independientes.

Cúpulas, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Pero… ¿quiénes son los sij?

Los sij son una comunidad de aproximadamente veinticinco millones de fieles, siendo la octava religión más profesada del mundo. La mayoría se encuentran en el Panyab indio, aunque hay importantes comunidades en otros países: Canadá, Gran Bretaña y Estados Unidos.

Oficiantes, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Orantes, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Músicos, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Templo y estanque de noche, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Todas ellas se apellidan Kaur, que significa princesa. Todos ellos se apellidan Singh, que significa león y que era distintivo de guerreros. Esto ha supuesto quebraderos de cabeza tanto para la administración india como para la canadiense, pero han conseguido mantenerlo. Y se podría decir que sí, que tod@s tienen algo de guerrer@s. Es habitual ver sobre todo a ellos, pero también a ellas, con una daga en la cintura. No es extraño ver a alguno portando espada e incluso lanza.

Peregrino turbante ancho, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Los sijes son personas por lo general serias con los extraños, a la vez son extremadamente respetuosos. Una de las máximas que rige sus pasos es la de tratar de ser personas justas –como casi todas las religiones- y doy fe de que lo hacen muy bien. Si en la caótica y tramposa India tuviera que fiarme de alguien sin conocerlo, sin duda elegiría un sij. Eso sí, si ellos esperan ser tratados de la misma manera; si faltas al respeto a un sij, es más que seguro que no te lo van a pasar por alto.

Policía, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, IndiaCualquier persona puede alojarse en el Templo Dorado como peregrino. Además, a todo el mundo se le da de comer gratuitamente si así lo quisiere. Cada día son ofrecidas más de cincuenta mil refecciones; los fines de semana pueden sobrepasar las cien mil! Esto es posible gracias a un ejército de voluntarios que acuden allí para tener servicio veinticuatro horas al día los trescientos sesenta y cinco días del año. También cualquier persona puede ofrecerse como voluntario.

Albergue peregrinos, Amritsar, India

Los mencionados voluntarios no solamente se encargan de preparar, cocinar, servir y fregar, todo el mantenimiento del templo está delegado en ellos. Allí nadie trabaja por dinero, todo el mundo aporta. No creo exagerar cuando digo que en cualquier parte del enorme Templo Dorado de Amritsar se podría comer sopa, hasta en el suelo.

Chicas rezando, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Remanso de paz

Lo que más me asombró de este lugar, es sin duda su armonía y paz. Dicen que India es el país más místico, que respira espiritualidad por cada poro, yo no lo veo así. La India es un país con unas carencias enormes y en una carrera desenfrenada hacia el materialismo. Todo tiene un precio cuando entras a un templo hindú. Hay que dar dinero hasta para que te pinten la tikka –el puntito en el entrecejo-, muchos sadhus –hombres santos del hinduismo- son meros mendigos anacrónicos. No solo eso, la mujer allí es un simple objeto, siendo el país del mundo donde es más peligroso serlo. Si eres extranjero, pagarás casi hasta por el aire que respiras, por cualquier “favor” que se te haga. Te empujarán por la calle, autobuses y estaciones de trenes para pasar ellos primero. Te ignorarán en tantas otras ocasiones. No vi nada de esto último en el Templo Dorado.

Haciendo cola, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

No es nada fácil describir una sensación del alma, describir la enorme paz que transmite este lugar. Ni mucho menos todos los peregrinos son sijes –hay mucho hindú y en menor medida musulmanes y cristianos-, pero todo el mundo que lo visita lo hace con un enorme respeto. Una sensación de armonía lo invade todo, alcanzando a todo el que profesa una religión y a quien no profesamos ninguna también. A cualquier hora del día o de la noche encontrarás a gente orando, meditando, paseando, bañándose en su lago,… y todo en una embriagadora atmósfera de recogimiento.

Peregrino orando, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

Se pueden visitar grandes monumentos como el Taj Mahal, en India, basados en grandes historias de amor distorsionadas por la leyenda, imponentes fortalezas donde probablemente sus heroicas gestas no fueron tan míticas, o ashrams de irrefutable “espiritualidad” donde no puedes acceder si no es con tarjeta de crédito –también aceptamos débito y por supuesto pago al contado-. En el Templo Dorado encontrarás algo que ni se compra ni se vende, que se tiene o no se tiene, y todo en un precioso marco arquitectónico y arropado con la más eficaz de las organizaciones.

Mujer meditando, Templo Dorado Golden Temple, Amritsar, India

4 comentarios sobre “Templo Dorado de Amritsar

  1. Oooooh!!! He flipadooo! Yo también me enganché a los sijs y por alguna razón que no entiendo del todo no puedo alejarlos de mi mente. Me atraen como la llama a la polilla!!!! Cuando veo uno en un aeropuerto siempre digo: mira, ese es de los míos! Curiosamente tambien digo eso cuando veo a alguien con una bandera o una chapa de la CNT. Jajajaja. Mira que somos raros…

    1. Sí resulta curioso, ya que con lo disciplinados y metódicos que son los sijs, parecen no cuadrar mucho en los ideales anarquistas. Pero quien sabe… igual todos llevan un Bakunin en su corazón.

  2. Si tuviera que elegir un sitio para visitar sería este quizás o uno de ellos y contemplar el templo dorado. Por cierto, me he metido en flickr extremundo y las fotos están muy bien, reflejan lo que sucede dentro y fuera del templo. Según te leo, en la india algunos consideran la espiritualidad como algo que se pueda vender y comprar, el capitaismo llegó allí por desgracia hace tiempo, no? un saludo y abrazo

    1. Sí Rafa, a los indios les gusta el dinero tanto o más que a cualquiera. Si eres extranjero, van a degüello. Detrás de todos los cursos, seminarios, retiros, etc… hay más interés en lo económico que en compartir y difundir conocimientos. Que yo conozca, hay algunas honrosas excepciones, casi todas tienen que ver con meditación Vipassana, que es la que realicé en Tailandia durante diez días y relato en las entradas: «Retiro en Suan Mokkh.

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