CICLOTURISMO EN IRÁN
Pedaleando Irán
¿Qué sabes sobre la República Islámica de Irán?

Es probable que casi toda la información que te haya llegado sobre este país no sea ni mucho menos exacta. Pedaleando Irán fue una buena manera de conocer la realidad.
El antiguo reino persa era mi destino final. Viaje en bicicleta que comenzó en República Checa tres meses y medio atrás.
En este tiempo, recorrí 5.000 kilómetros a través de nueve países y dos repúblicas independientes: Chequia, Eslovaquia, Polonia, Ucrania, Rumanía, Moldavia, Transnistria, Georgia, Armenia, Alto Karabaj y finalmente Irán.
Pedaleando Irán
De todos estos lugares, el último en visitar ha sido con diferencia el más hospitalario. Es curiosamente el que peor prensa tiene. Esto es en gran parte «gracias» a su gobierno, inamovible desde hace cuarenta y un años. Desde aquella lejana revolución que derrocó al anterior dictador, el Sha Mohammad Reza Palehvi, allá por 1979.


Actual gobierno
Hoy más que nunca, el gobierno iraní vive alejado de los anhelos y necesidades de su pueblo. Su gente vive en un país gobernado por un régimen religioso maquillado como una supuesta democracia.
A nuestros receptores de televisión llegan imágenes de manifestantes quemando banderas de EEUU y/o Israel. Imágenes de hombres y mujeres vestidos de probablemente poluto negro. De grupos de gente golpeándose el pecho y la cabeza con las manos o flagelándose con cadenas. Todo esto está sobre dimensionado y deformado por nuestros medios de información/desinformación.

Lo de quemar banderas… no es ni mucho menos exclusivo de Irán. Podemos verlo dentro de nuestras fronteras y también no lejos de ellas. La mayoría de la gente, es moderadamente religiosa y, hasta donde yo vi, en sus celebraciones religiosas, nadie se infligía daño. En la Semana Santa católica, tampoco lo he visto, aunque en algunas localidades, sí hay gente flagelándose hasta levantarse la piel. En Filipinas, algunos son crucificados voluntariamente a la antigua usanza, osea, con clavos. Sí, sí, como suena… en el siglo XXI!!! Pincha aquí y flipa con los ultracatólicos.


Situación política
Este no es un país de radicales islámicos ni de terroristas, nada más alejado de la realidad. Eso sí, es una dictadura de facto. Seguramente no muy diferente de las que existen en otros países del mundo y que gozan del beneplácito de nuestros «democráticos» gobiernos: Arabia Saudí, China, Guinea Ecuatorial… El «problema» es que Irán no es un país alineado ni sumiso a los dictados de occidente. Sus reglas, simplemente, son diferentes, por este motivo está demonizado.

Sus ciudadanos sufren lo indecible a causa de las sanciones económicas impuestas por EEUU.
Su gobierno de corte religioso, ejerce el poder con mano de hierro y aplasta cualquier atisbo de subversión que pueda florecer. Evidentemente, hay gente que lo apoya, pero la gran mayoría vive expectante de sacudirse su yugo. Ansían libertad.
Las mujeres están obligadas a vestir velo. Nadie puede pasearse en pantalón corto, tampoco beber alcohol. Criticar al gobierno de los mulás abiertamente, puede suponer la desaparición forzosa de una persona. Se dice que uno de cada tres iraníes es chivato de la policía.
Los musulmanes tienen prohibido cambiar de religión, incluso no se puede ser ateo. La ley islámica, «sharía», se ejecuta sin pena. Un amigo me lo resumió excelentemente: «los iraníes estamos obligados a ir al cielo»

Hospitalidad iraní
Hace como unos veinte años leí «Txirringaren aienean». Es el relato de dos chicas vascas que viajaron de Turquía a Myanmar en bicicleta. En el citado libro, describen Irán como el país más acogedor de todos los que visitaron. A partir de ahí, he leído lo mismo varias veces, e incluso escuchado a viajeros que me lo ratificaron. Pues bien, la realidad superó mis expectativas.

«Guest is God» -el huesped es Dios-, es una de las máximas que aprendí bajo su acogedora protección. La atención, dedicación y cariño que recibí por muchos de los que me recibieron en sus casas. Es algo no solamente que no olvidaré, sino que incluso me gustaría llevar a cabo toda vez que pueda.
Ejercen de anfitriones con naturalidad, sin hacerte sentir incómodo, como con guante de seda. No son pocos los amigos que he dejado allí.

Diversidad
Con casi tres veces la extensión de la Península Ibérica, este es un país no solamente diverso en sus paisajes, sino también en sus gentes y creencias.
La mayoría de sus habitantes son de origen persa, pero hay alrededor de veintidós millones de iraníes de origen y lengua turcos, además de kurdos, árabes, beluches y lores.
La religión mayoritaria es la rama chiita del islam, pero también hay una considerable cantidad de sunitas.
El zoroastrismo, religión originaria y primigenia de Irán, vendrían a ocupar el segundo lugar. Hay además comunidades católicas, armenias y judías!!!
La esquisitez de sus mezquitas, la grandeza de sus bazares, sus pueblos de montaña, sus ciudades de barro… Y recordar que Persia fue cuna de una de las grandes primeras civilizaciones.
En cuanto a sus paisajes, la mayoría del territorio es desértico, eso sí, con excepciones. El norte del país es lluvioso y exuberante. Sus montañas superan los cinco mil metros de altitud y las playas del sur son en algunos puntos de un atractivo color turquesa. Sus lagos salados, son todo un atractivo añadido.
PEDALEANDO IRÁN, DATOS DE INTERÉS
Estado de las carreteras
Las carreteras, por lo general, presentan un muy buen estado de conservación. No en vano son productores de petroleo. Si esto fuera poco, los arcenes suelen tener más de metro y medio de anchura, con lo que pedalear, se convierte en tarea segura.

Esta seguridad se refiere exclusivamente a pedalear por sus carreteras, hacerlo por sus ciudades es harina de otro costal.
Los iraníes están entre los peores conductores que nunca haya conocido. Conducen rápido y aunque imagino hay normas de tráfico, nadie las respeta. El conductor iraní es totalmente imprevisible. Pueden parar el vehículo de repente, iniciar la marcha, cambiar de sentido, girar… sin previo aviso.
Pongo un ejemplo que me ocurrió al menos tres veces. Yo iba circulando por el arcén con la bicicleta. Unos metros a mi frente veo un conductor que se va a incorporar a la carretera. Mira hacia los lados y veo que él me ve. Al llegar a su altura, decide incorporarse a la calzada!!! No es solamente que ve que estoy llegando, es que además, cuando lo hago me corta el paso. Con lo que tengo o que frenar o realizar una maniobra brusca para esquivarle, con el peligro que esto conlleva.
Según las estadísticas, este es el octavo país con más siniestralidad en las carreteras. De los diez primeros, es el único que no pertenece a África.
Punto final

Y como todo llega a su fin, también lo tuvo el presente viaje. Después de cinco mil kilómetros y tres meses y medio sobre la bicicleta.
Aparte de los países arriba citados, cruce en ferry el Mar Negro. Tres días de navegación que fueron un crucero en toda regla. La última etapa la realicé a orillas del Mar Caspio, a los pies de enormes montañas y frondosas colinas plagadas de árboles. Prácticamente los mismos paisajes y flora que se pueden ver en la Cornisa Cantábrica.
Vendí «Fester» a Amin. Su primera bicicleta de ruta con la que espera recorrer muchos kilómetros. Le deseo lo mejor con esa maravillosa montura que se ha portado tan bien durante todo este tiempo. Yo no fui su primer dueño, ya que la compré de segunda mano en la ciudad de Brno. Amin probablemente no sea el último! ¿Quién sabe?
Hola Pedro.
Excelente reportaje de Irán.
Me propongo entrar en Irán en bicicleta por la frontera terrestre de Astara (Acerbaiyan-Irán). Mi origen es Trabzon en Turquía.
Pudiste sacar el visado de Irán en la frontera?
Gracias
Hola, Jose! En Armenia solamente expedían el visado en la capital, Yereván. De hecho, cuando llegué allí, tenían problemas en la embajada iraní con el sistema informático, que estuvo caído una semana. De hecho traté de pasar sin visado con la bicicleta bajo el brazo dos veces en diferentes días, pero no hubo manera. Así que tuve que volver a la capital desde el sur y estar allí hasta que me tramitaron el visado que demoró unos días. Así que, no me extrañaría que en Azerbaiyán fuera así también. Infórmate bien para evitar dar vueltas.
Me ha encantado disfrutar leyendo un poco sobre tu viaje, me alegro mucho de que lo hayas compartido conmigo 👍👍👍
Encantado yo de que hayas leído la publicación. Si quieres recibir un mensaje en tu correo cada vez que publique, solamente tienes que escribir tu dirección de correo en el blog y confirmar la suscripción. Y por supuesto, eres bienvenido todas las veces que quieras comentar algo, incluso cuando no te guste la publicación!!! Un abrazo.
grande, pedro! qué viajes, qué perspectivas! iluminante.
un abrazo fuerte de eeuu
Muchas gracias!!! Otro abrazote de vuelta!!!
Fantástica entrada. He leído cosas sobre Irán a raíz de una teatralización que hice hace tiempo de Persepolis , la novela gráfica de Satrapi . Todo lo que explucas corrobora la impresioi q tenía. Q envidia q hayas estado por allí.
Te animo a que lo visites si tienes oportunidad. No te defraudará. Un saludo.
Fantásticos relatos y aventuras durante estos 3 meses y medio. Como siempre, los medios de comunicación que tenemos aquí sirven para lo contrario, para tenermos desinformados. Yo vivo sin tele y no la echo de menos. Hospitalidad iraní. Viajar: conocer un crisol de culturas y gentes. Un abrazo y feliz año 2019.
Gracias por estar ahí Rafa!!!
Y próspero año nuevo.
Great pictures and your comments are very interesting..
Cheers!!!
Quemada otra etapa. Te despides de tu compañera. Ahora en qué te toca desplazarte Pedrito?
Quemada la etapa final de ese viaje en bicicleta. Sin duda el más variado en gente y paisajes que he hecho. Ahora toca viajar en tren, avión, bus, barco… lo que tercie en cada momento.