GUADALUPE Y SUS MARAVILLOSAS GACHAS

El pueblecito de Guadalupe se encuentra en el Departamento de Santander, en Colombia. Sin saberlo, llegué la víspera de la celebración de la fiesta de la virgen. Eso es bueno y es malo. Es bueno por la animación que había en el pueblo la víspera y el día de autos: misa multitudinaria con concierto incluido, homenajes, mercadillo, agitación… y malo, por que llegué el último día de la novena a la virgen. Esto no sería problema si la novena no empezara cada día con una alborada a las cuatro y media de la mañana. Tampoco sería problema si solamente se limitaran a rezar. Pero no, la novena va acompañada de cohetes, petardos y música a un volumen difícilmente tolerable para sordos.

El caso es que me calcé los magníficos tapones que tengo para los oídos, y pude pasar el mal trago de la alborada. Aún así, sentía las paredes de la habitación temblar ya que, para mi desgracia, estaba hospedado en un hostal en la plaza del pueblo, que es donde se centraba el jaleo de la celebración.
El día de mi llegada, la víspera, había ido a visitar «La Gloria», que es una piscina semi-natural que se encuentra al pie de una pequeña cascada. Allí cada cual tenía su música, y a pesar de no haber hordas de gente, el bullicio era apabullante, entre cumbias, reggaetones y demás vainas.

Al día siguiente, día de Nuestra Señora de Guadalupe Patrona de América, después de disfrutar del ambiente de fiesta mañanero, me dirigí al principal atractivo del pueblo, que es el motivo por el que realmente me encontraba allí.

Este no es otro lugar que la Quebrada Las Gachas, que se encuentra a aproximadamente una hora caminando desde el centro del pueblo.
Las Gachas, es una enorme losa que es el propio lecho de la quebrada donde se han formado unos pozos, que son ideales para sumergirse en ellos y disfrutar de un baño como si fueran jacuzzis.
Además de un viajero argentino, estaba también en el lugar una familia colombiana que fueron a pasar el día. Habían llevado comida que asaron allí mismo y nos invitaron a comer con ellos, sin nosotros tan siquiera poner cara de hambre. Evidentemente también llevaron su aparato de música, rica cumbia que sonaba como para que los sordos bailasen. Al colombiano le gusta disfrutar y que disfruten los que se encuentran cerca.
DATOS ÚTILES:
A Guadalupe se llega desde la localidad de Oiba, donde hay que coger uno de los muchos jeeps que parten prácticamente cada hora.
Si se llega desde San Gil, hay que hacer trasbordo previamente en Socorro, y desde allí coger un jeep que nos llevará hasta Guadalupe pasando por Oiba y que cobra 10.500 pesos.
Si se llega desde Tunja, el autobús nos cobrará 25.000 pesos hasta Oiba. De aquí a Guadalupe se coge un jeep que cobra 6.500 pesos y que tarda entre hora y hora y media en llegar, dependiendo de la ruta que siga.
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